jueves, 8 de noviembre de 2012

¿En Quién Se Deleita Dios?

Salmo 147.10-11 No se deleita en la fuerza del caballo, Ni se complace en la agilidad del hombre. Se complace Jehová en los que le temen, Y en los que esperan en su misericordia.

Estos dos versículos han llegado a ser muy valiosos en mi entendimiento de lo que Dios espera del hombre.

La Fuerza del Caballo y la Agilidad del Hombre

En su tiempo, la fuerza del caballo y la agilidad del hombre eran de mucha importancia y consideración dentro de la sociedad, pues eran necesarias para la sobrevivencia y prosperidad. Hombres que poseían caballos fuertes eran prominentes. Hombres ágiles ascendían entre los rangos de la sociedad. Confianza y seguridad acompañaban a los que gozaban de estos beneficios. Pero en contraste a los pensamientos del hombre en esa sociedad, el salmista declara que ni la fuerza del caballo ni la agilidad del hombre son los objetos del deleite y complacencia de Dios. El deleite de Dios no está en cosas que son útiles para el avance de propósitos terrenales.

¡O si pudiéramos aplicar esta verdad a nuestras vidas! Hoy en día, la fuerza del caballo y la agilidad física del hombre no tienen el peso que antes tenían pero la sociedad ha sustituido otras fuerzas y otras agilidades por las antiguas. La fuerza de las relaciones con personas que me pueden beneficiar, la fuerza de la posición social, la fuerza del dinero, la fuerza de los rangos de estudio, la fuerza de un ingreso financiero estable acompañados de la agilidad con las palabras, la agilidad con las manipulaciones, la agilidad con las justificaciones son las cosas que ahora proveen confianza, seguridad, y prosperidad en nuestra sociedad. ¡Dios no se deleita en estas cosas!

Los que Temen

Jehová se complace en los que le temen y en los que esperan en su misericordia. Esto es un concepto algo paradójico. ¿Cómo es que uno va a poner su esperanza en alguien a quien teme? Dios se complace en que el hombre le tema. Un estudio de Éxodo 19.16-20.20 y Deuteronomio 4.9-12; 5.22-29 le ayudará al lector en su entendimiento del temor a Jehová. ¿Por qué se complace Dios en los que le temen? Porque el que le teme le rinde lo que Él se merece. El que teme a Jehová reconoce la exigente santidad, la esplendorosa majestad, el poder sin igual y la severa justicia de Dios. Además, el que teme a Jehová experimenta lo correspondiente a su reconocimiento; que es la penitencia profunda por su condición de inmundo ante la santidad de Dios, el asombro de glorias infinitas, el espanto debilitante de estar bajo la mano del Todo Poderoso, y el desvanecimiento ante la justa sentencia de condenación. Dios merece esta reacción y se complace en los que le glorifican al experimentarla.

Los que Esperan

Los que han sido conscientes de la severidad de Jehová tienen dos opciones. Una es el fatuo, aunque común, intento de huir de la ira de Dios. La otra es correr hacia el Dios de terror en busca de misericordia. ¡Dios se complace en los que esperan en su misericordia! ¿Por qué se complace Dios en ellos? Porque el que espera le rinde lo que Él se merece. El que espera está plenamente convencido de que Dios es lo que dice ser… compasivo, clemente, lento para la ira, abundante en misericordia, el que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado. El que esperan en su misericordia, glorifica a Dios mostrando con su aprecio, su humildad, su sosiego, su confianza de niño que no hay otro, Dios es el Único que puede salvar. Dios merece esta reacción y se complace en los que hacen de él su Todo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario